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MITOS VERSUS VERDADES

REALIDAD Se estima que 83% de las violaciones son cometidas por alguien que el sobreviviente conoce, como un amigo, miembro de la familia o compañero íntimo (5).  Solamente una pequeña fracción de los abusos sexuales ocurre en público. La mayoría ocurre en la propia casa del sobreviviente o de un amigo o miembro de la familia (6). Esta violación de la confianza a menudo hace que los sobrevivientes se sientan vulnerables e inseguros de su propio juicio.

REALIDAD el incesto y el abuso sexual de niños son comunes y suceden en cada comunidad. Una en cuatro niñas y uno en seis niños son abusados sexualmente de niños (7). 11% de las víctimas de violación son violadas por sus padres o padrastros; otro 16% son violadas por otro pariente (8).

REALIDAD los hombres representan el 13% de los sobrevivientes de abuso sexual (9). Típicamente, el perpetrador es un hombre heterosexual. Ser abusado sexualmente no “convierte a alguien en gay”.

REALIDAD el abuso sexual ocurre en las relaciones y comunidades LGBTQ a índices consistentes con la población heterosexual. Las personas LGBTQ también son el objeto de abuso sexual como una manera de crimen de odio debido a su orientación sexual o identidad de género.

REALIDAD este mito se origina en la creencia errónea de que la gente con discapacidades son asexuadas y en la idea equivocada de que el abuso sexual se trata de atracción sexual. Las personas con todo tipo de discapacidades están en alto riesgo de sufrir violencia sexual porque los perpetradores buscan a víctimas vulnerables y menos propensas a denunciar el abuso. 83% de las mujeres y 32% de los hombres con discapacidades de desarrollo son sobrevivientes de abuso sexual (10). El 97% al 99% de los perpetradores son conocidos y personas confiables para el sobreviviente (11).

REALIDAD nunca debe culparse al sobreviviente de abuso sexual. Esta “presunción de riesgo” equivocadamente pone en la victima la responsabilidad de las acciones del perpetrador.  Los perpetradores son los responsables de elegir violar sexualmente a alguien, independientemente de las elecciones hechas por el sobreviviente sobre su vestimenta, comportamiento o alcohol. No hay correlación entre quién es violado y las ropas que lleva o su conducta de coqueteo en ese momento. El abuso sexual es una situación humillante. Ninguna persona pide o merece tal ataque.

REALIDAD si una persona consintió en participar en alguna actividad sexual, no es un consentimiento en blanco para toda actividad sexual. Si una persona no está segura si la otra persona se siente cómoda con un nivel elevado de actividad sexual, esta persona debe detenerse y preguntar. Cuando alguien dice “No” o “Detente”, quiere decir DETENTE. La actividad sexual forzada, sin consentimiento es abuso sexual.

REALIDAD 75% de los alumnos hombres y 55% de las alumnas mujeres víctimas de violación por alguien conocido habían estado tomando o usando drogas (12). Una persona que está bajo la influencia del alcohol y otras drogas no es capaz de dar un consentimiento legal a una actividad sexual. Es un crimen utilizar alcohol y drogas como medio para participar en una actividad sexual con alguien en contra de su voluntad.

REALIDAD no importa si dos personas están casadas, saliendo o han tenido sexo consensual en el pasado – forzar o coaccionar a alguien para participar en una actividad sexual es abuso sexual. 14% de las mujeres casadas han sufrido la violación o intento de violación por sus maridos. (13).

REALIDAD en el 80%-90% de todos los casos de crímenes violentos contra las mujeres, el sobreviviente y el perpetrador son de la misma raza (14). El Departamento de Justicia no observó ninguna diferencia en el índice de violación y abuso sexual entre grupos raciales. (15). Cuando los hombres violan a mujeres de otras razas y etnias, es más a menudo un perpetrador blanco que viola a una mujer de color que un hombre de color que viola a una mujer blanca. El mito de que la mayoría de las violaciones son de hombres de color que violan a mujeres blancas puede ser perpetuado por la publicidad sobre esos abusos basada en estereotipos raciales y culturales. (16).

REALIDAD los perpetradores son a menudo miembros de la comunidad respetados y confiables. La mayoría de los perpetradores son hombres heterosexuales casados o tienen relaciones sexuales consensuales cuando abusan a otras mujeres (17). La mayor diferencia entre los hombres que violan y los que no violan está en su actitud hacia las mujeres. A menudo creen que tienen el derecho de acceso sexual a las mujeres cuando les plazca y por lo tanto no consideran que lo que hacen sea una violación. Típicamente ven a las mujeres con desprecio y a veces una profunda hostilidad y tienen una fuerte tendencia a expresar violencia e ira.

REALIDAD la violación no es universal. Hay muchas sociedades donde los hombres nunca violan a las mujeres. Hay conexiones entre un alto índice de violación, la glorificación de la violencia, la objetificación de las mujeres, el fomento del comportamiento rudo y agresivo en los hombres y la prevalencia de la guerra. Las sociedades que consideraban los roles de las mujeres y los hombres como iguales en estatus son sociedades con pocas o sin violaciones. (18).

REALIDAD los estudios muestran que 98% de los perpetradores de abuso sexual son hombres; sin embargo, las mujeres son a veces agresoras sexuales (19). Los casos de mujeres abusando a otras mujeres son ocultados por la invisibilidad de las relaciones lesbianas y las presunciones sobre la naturaleza inherentemente gentil de las mujeres. Los casos de mujeres violando a hombres son raros, pero no desconocidos. La mayoría de las denuncias son de una mujer perpetradora junto con un hombre perpetrador, un grupo de mujeres atacando a una víctima masculina o una mujer explotando la inhabilidad de un hombre de resistirse debido a la intoxicación u otras condiciones.

REALIDAD la violación es una experiencia que pone a la vida en riesgo y cada perpetrador es diferente.  Por lo tanto, lo mejor que una víctima puede hacer para sobrevivir es guiarse por sus instintos y su intuición. Muchas víctimas no resisten los ataques por temor a la violencia, están intoxicadas, han sido sociabilizadas para ser pasivas o porque conocen al perpetrador. Una víctima puede cooperar con el perpetrador para sobrevivir el abuso. Sin embargo, esto no es consentimiento; están utilizando su sentido común para sobrevivir.

REALIDAD los sobrevivientes a la violencia sexual exhiben una variedad de respuestas que pueden ser: calma, pánico, abandono, enojo, miedo, tristeza, apatía, negación y shock. Los sobrevivientes pueden llorar, gritar, sentarse callados, reírse histéricamente o parecer distantes. No existe la “manera correcta” de reaccionar al abuso sexual. Cada sobreviviente supera el trauma de manera diferente, que puede variar con el tiempo.

REALIDAD la violación tiene un efecto devastador en la salud mental de los sobrevivientes. Entre 50% y 95% desarrolla el trastorno de estrés postraumático (20). El proceso de sanación varía para cada sobreviviente. Todos los sobrevivientes tienen el derecho de recibir apoyo y validación de sus amigos, familia y los proveedores de servicios, sin importar dónde se encuentran en el proceso de sanación o hace cuánto tiempo ocurrió el abuso.

Referencias

  • (1) Special thanks to the California, Colorado, and Illinois Coalitions Against Sexual Assault and Gillian Greensite’s “Rape Myths” for the information contained in this section.
  • (2)Kilpatrick D.G., Edmunds, C.N. & Seymour, A. Rape in America: A Report to the Nation. Arlington, VA: National Victim Center, 1992.
  • (3) Bureau of Justice Statistics, 2000.
  • (4) Kilpatrick D.G., Edmunds CN, Seymour A, 1992. Rape in America: A Report to the Nation, Arlington VA; National Victim Center.
  •  (5) Tjaden P, Thoennes N. Full report of the prevalence, incidence, and consequences of violence against women: findings from the national violence against women survey. Washington (DC): National Institute of Justice; 2000. Report NCJ 183781.
  • (6) Bureau of Justice Statistics. Sex Offenses and Offenders 1997. Washington, D.C.: U.S. Department of Justice.
  • (7) Shanta Dube, M.P.H., U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Kathleen Kendall-Tackett, Ph.D., Family Research Laboratory, University of New Hampshire, Durham; June 2005, American Journal of Preventive Medicine
  • (8) Kilpatrick DJ, Edmunds CN, Seymour A, 1992. Rape in America: A Report to the Nation, Arlington VA; National Victim Center.
  • (9) Department of Justice. Criminal victimization 2002. Washington (DC): U.S. Government Printing Office; 2003.
  • (10) Stimson, L. and Best, M.C. Courage Above All: Sexual Assault Among Women with Disabilities. Toronto, Disabled Women’s Network Canada, 1991.
  • (11)Balderian, N. (1991). “Sexual Abuse of People with Developmental Disabilities.” Sexuality and Disability, 9 (4), 323-335.
  • (12)Koss, MP, 1998. “Hidden Rape: Incident, Prevalence and Descriptive Characteristics of Sexual Aggression and Victimization in a National Sample of College Students.” Rape and Sexual Assault, Vol. II (ed.) AW Burgess. New York: Garland Publishing Co.
  • (13) Russell, D.E. Rape in Marriage. Indiana University Press, Indianapolis, IN, 1990.
  • (14) U.S. Department of Justice, 1994. Violence Against Women. Rockville, Maryland: Bureau of Justice Statistics, U.S. Department of Justice.
  • (15) Greenfield, Lawrence A., 1997. Sex Offenses and Offenders: An Analysis of Data on Rape and Sexual Assault. Washington D.C.: Bureau of Justice Statistics, Office of Justice Programs, U.S. Department of Justice.
  • (16) The Council on Sexual Assault and Domestic Violence, Sioux City, Iowa. www.safefromabuse.com
  • (17) A. Nicholas Groth with H. Jean Birnbaum, Men Who Rape: The Psychology of the Offender (New York: Plenum Press, 1980).
  • (18) Peggy Reeves Sanday, “The Socio-Cultural Context of Rape: A Cross-Cultural Study,” Journal of Social Issues 37, no. 4 (1981).
  • (19) Bureau of Justice Statistics (2000). Women Offenders. Washington D.C., U.S. Department of Justice
  • (20)Population Information Program, 2000.